LA REFORMA SILENCIOSA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Cada uno de los 12,6 millones de trabajadores inscritos en el régimen general de la Seguridad Social que se esperan para 2015 pagará 6.199 euros en cotizaciones sociales. Según el Ministerio de Empleo, gracias a las aportaciones de los trabajadores ocupados del régimen general, el sistema ingresará 78.506 millones de euros, lo que supondrá la cifra más alta desde el ejercicio 2008. La diferencia será que los 78.506 millones de 2015 los aportarán 12,66 millones de afiliados mientras que los 78.919 de 2008 se repartían entre 14,92 millones de cotizantes. En este escenario, el mérito de los responsables de la Seguridad Social está en haber recuperado los niveles de ingresos de antes de la crisis, pero con 2,26 millones de cotizantes menos. ¿Cómo lo han conseguido? Pues en primer lugar, rebajando las bonificaciones a la contratación, sobre todo a la que no es indefinida. Ahora, el sistema pierde menos fondos en ayudas que antes de la crisis cuando casi cualquier contrato conllevaba alguna deducción. Además, la obligación de cotizar por los cheques de comida y otras prestaciones también han engordado los ingresos. Por último, no hay que olvidar la conocida como reforma silenciosa de la Seguridad Social, a través de la cual se limita la pensión máxima mientras que no deja de subir la base máxima de cotización. En 2015, un trabajador del régimen general puede cotizar como máximo 3.606 euros al mes mientras que, si se retira, su pensión máxima sería de 2.560 euros. Esta brecha se conoce como reforma silenciosa de las pensiones. A pesar de la recuperación de los ingresos por cotizaciones de la Seguridad Social, lo cierto es que la subida es insuficiente para afrontar el gasto en pensiones. En 2015, el sistema volverá a incurrir en déficit, a pesar de las reformas realizadas.